Minerales y oligoelementos: son compuestos inorgánicos esenciales. Necesarios en pequeñas cantidades. Cumplen funciones estructurales: dan rigidez al esqueleto, cáscara del huevo y pico; intervienen en las funciones sanguíneas e infinidad de reacciones metabólicas (metoloenzimas); mantienen equilibradas las presiones del organismo. No son sintetizados por el ave.
Los minerales están en la composición de todos los tejidos del organismo animal, pero en diferentes concentraciones; los huesos son un depósito especializado en calcio, fósforo y manganeso. La cáscara de huevo está compuesta principalmente por calcio; sin embargo, la yema tiene mayores proporciones de fósforo y azufre. El potasio es abundante en los músculos, los nervios y las glándulas; el sodio está en gran proporción en la sangre.

Podemos apreciar que los minerales están presentes por todas partes del organismo de las aves; cada uno de ellos tiene una misión importante que cumplir, aunque estén en pequeñas proporciones.

Debemos tener en cuenta el tipo de proteína que se utiliza en la alimentación de las aves, ya que las de origen vegetal tienen menos minerales que las de origen animal.
Podemos considerar los minerales como elementos químicos nutrientes y esenciales.
Con una dieta rica y balanceada quedarán cubiertas las necesidades de nuestros pájaros, el fósforo, azufre, el hierro son algunos de estos minerales aunque el calcio, posiblemente sea uno de los más importantes para nuestras aves, primero para la correcta formación de toda la estructura ósea y segundo para la calcificación en las puestas.
También se ha determinado que el manganeso es necesario para obtener un buen resultado en la incubación de los huevos.

Como podemos apreciar, en cualquier tipo de producción aviar es necesario suplementar adecuadamente la ración, de tal forma que los minerales estén disponibles para mantener la vida y favorecer la producción.
Para la absorción del calcio es indispensable la presencia de la vitamina D3 y de proteína.
La ausencia de hierro da origen a que la hemoglobina y hematocrito sean bajos, provoca despigmentación en las plumas y anemia.
Con la falta de minerales se resiente la puesta de huevos (sin cáscara, cáscara muy fina), los huesos de las patas pueden llegar a curvarse. Las cáscaras de huevo machacadas en el pienso es la mejor medicina para solventar la falta de calcio.
En la época de calor, la cáscara blanda no siempre es debida a una carencia de calcio, sino al jadeo que elimina mucho bicarbonato, que es fundamental para la formación de la cáscara.


Composición del huevo:

Huevo completo Clara Yema
Agua 65.90 % 86.20 % 48.63 %
Proteína 12.83 % 13.00 % 17.60 %
Grasa 10.59 % 0.60 % 32.22 %
Minerales 10.68 % 0.20 % 1.55 %

Los requerimientos minerales del cuerpo y su contenido (referidos como cenizas totales) son usualmente menores al 5%, variando con la especie, edad, estado reproductivo y sexo. El balance es muy importante. A diferencia de las vitaminas, las deficiencias por minerales son muy lentas para responder al tratamiento. Los minerales y oligoelementos que son requeridos para un óptimo crecimiento, mantenimiento y postura de huevos son: calcio, fósforo, magnesio, cloro, sodio, manganeso, cinc, hierro, selenio y yodo. Las dietas a base de semillas son deficientes en minerales y están pobremente equilibradas en el balance Ca:P. Además, gran parte del fósforo puede encontrarse asociado a fitatos. De ahí que se estén incorporando a las dietas fitasas microbianas para incrementar la disponibilidad de fósforo. El calcio puede ser obtenido a partir del hueso de sepia o conchilla molida. Un aporte del 1 al 1,5% de calcio junto a dosis correctas de fósforo y vitamina D3 (relación Ca:P de 1:1 a 2:1) es adecuado. El yodo puede ser aportado por la sal común de mesa (reglamentariamente iodinada), utilizada en pequeñas proporciones como saborizante de otros alimentos. Además, es abundante en los aceites de pescado o puede ser suministrado a razón de una a dos gotas de solución de Lugol en el agua de bebida por semana. Muchas aves en cautiverio acumulan una cantidad considerable de hierro en hígado, algunas veces patológica (hemocromatosis). Las especies más afectadas son los tucanes, minas y loros. La recomendación para dietas de aves de jaula es de no más de 50 a 100 mg de Fe por Kg de materia seca ingerida.